Hasta un tonto puede ver que es una verdadera lástima que ‘Groo‘ lleve seis años sin ser publicado en España. Yo puedo verlo. Tras dejar Marvel y pasar por Image, el errante bárbaro creado por Sergio Aragonés (San Mateo, Castellón, 1937) continuó sus andanzas en forma de mini-series editadas por Dark Horse en Estados Unidos. En realidad, tampoco hay mucho material nuevo, pues por el incansable Aragonés los años no pasan en balde. Sin embargo, nada de eso ha llegado por aquí, y por si fuera poco, la serie está descatalogada y sin editorial.  ‘Groo’ quizás no sea un superventas, pero es un tebeo que combina la fantasía heroica y el humor magistralmente, y que entre risa y risa suelta moralejas universales. Quizás la más bella de estas lecciones la dio en el álbum ‘El tesoro’ (Planeta DeAgostini, 2002).

Un poco de historia

Groo‘ apareció por primera vez en 1982 en Pacific Comics, aunque pronto dio el salto como serie regular a Marvel a través del sello Epic. Esto permitió a ‘Groo’ ser uno de los primeros cómics publicados por La Casa de las Ideas en el que su autor conservó los derechos de su obra, todo un hito. Aunque Aragonés se crió en México -es hijo de exiliados de la Guerra Civil-, se trasladó a los Estados Unidos con 25 años y en la actualidad reside en Ojai (California). Como en sus inicios Aragonés no hablaba muy bien inglés, empezó dibujando chistes mudos -los famosos ‘márgenes’- en la revista MAD. De eso han pasado cuatro décadas, y en ese tiempo se ha labrado la reputación del dibujante más rápido del mundo.

En cuanto a sus avatares editoriales por estos lares, ‘Groo’ aterrizó en España relativamente pronto, en 1987, de la mano de Forum. Primero apareció como ‘Groonan El Vagabundo‘, en un intento de venderlo como lo que no es, una parodia de Conan. Después fue una serie de comic book, ya con ‘Groo’ como título;  a mediados de los 90 pasó a formato tomo; a caballo entre milenios se intentó su ‘resurrección’ en formato grapa en blanco y negro y la cosa no funcionó. Finalmente, se fue publicando material en tomos cada vez más esporádicos. En definitiva: un lío. Y desde 2008, con ‘Jamboree’, no se ha vuelto a saber nada más. Desde Planeta DeAgostini confirman que ‘Groo’ ya no está en su catálogo.

A pesar de estos avatares, Aragonés -que en 1995 ganó el Premio del Salón del Cómic de Barcelona a Mejor Obra extranjera por ‘Magnor el poderoso‘- siempre ha demostrado especial cariño por los lectores españoles, Así lo prueban detalles como redibujar las portadas para la edición española, o incluir recortables en la última edición en comic book.

¿Quién o qué es Groo?

Groo es un zoquete. Un tremendo tonto. Una desgracia con patas. Allá donde va, este bárbaro armado con katanas siembra el caos. Su premisa es matar y después preguntar. Junto a él va su fiel perro Rufferto, mucho más listo que su acompañante humano pero igual de amante de la gresca. En su largo vagabundear -no se sabe si porque es un espíritu libre o porque no tiene nada mejor que hacer-, Groo se cruza con multitud de secundarios, a cual más pintoresco. El Bardo, un trovador que canta las «hazañas» de Groo en verso; el Sabio, el anciano que reparte conocimiento allá donde va; Arcadio, el héroe apolíneo con tanto ego como barbilla; Taranto, el ladrón sin escrúpulos; la reina Grooella, hermana de Groo algo más lista pero igual de fea que él; la bella Chakaal, el amor no correspondido del bárbaro; las brujas Arba y Dakarba, los forajidos Pal y Drumm, el escritor Weaver y su callado escriba… En fin, un enorme elenco de personajes cuya personalidad es un constante choque de trenes con la de Groo.

Como dijo Mark Evanier, «pulidor» de los guiones de Aragonés,  ‘Groo’ es un tebeo «de un solo chiste, pero ya es mucho más de lo que tienen otros tebeos». Esto se traduce en que la práctica totalidad de las historietas tienen como base el caos que genera Groo a su paso, en un tono vodevilesco en el que los gags se centran  la estulticia del bárbaro y en los equívocos que se crean a su alrededor.  Todo sucede en un mundo de fantasía heroica, con una ambientación perfectamente recreada, en el que Aragonés no escatima detalles y hace gala de una imaginación desbordante.

Mark Evanier, Stan Sakai, Tom Luth y Sergio Aragonés, el equipo completo de 'Groo' en la ComicCon de San Diego de 2002. Fuente: Usagi Yojimbo Dojo

Las aventuras de Groo son como el dibujo de Aragonés: tremendamente ágiles y efectivas. A la habilidad del dibujante se unen las palabras de Mark Evanier, sempiterno compañero creativo del mostachudo artista. Aunque los guiones son de Aragonés, Evanier se encarga de dar esplendor a los diálogos y, sobre todo, poner en verso las palabras del Bardo. Completan el equipo artístico de ‘Groo’ Tom Luth, colorista, y Stan Sakai (autor de ‘Usagi Yojimbo’), rotulador. En su edición española, hay que destacar la gran labor en la traducción realizada por Luis Vigil, que incluso se curraba una sección de correos en verso.

‘Groo: El tesoro’

‘Groo’ es una serie que te alegra una tarde tonta a base de gags. Pero en cada entrega hay también intención de transmitir una enseñanza ejemplarizante, que queda plasmada en la moraleja que cierra cada capítulo. Entre todas, destaca la lección que da en ‘Un poco de conocimiento’, el especial doble que celebraba el número 100 de la serie, recogido en el álbum ‘El tesoro‘.

Ya hemos dicho -igual no ha quedado claro- que Groo es un soberano bobo. Además, es analfabeto. Este es quizás el único de sus defectos del que el bárbaro es consciente y siente vergüenza. En esta historia, Groo llega a un pueblo en el que existe la leyenda de que hay un gran tesoro oculto. Durante años, lugareños y foráneos han intentado hallarlo sin éxito. Groo, que además de tonto tiene suerte, cae literalmente sobre la montaña de oro por pura casualidad. Allí se encuentra con el viejo guardián de la gruta al que, ya que no hay forma de escapar de ahí, le pide que le enseñe a leer.

Groo, con sus nuevos conocimientos, ideará cómo salir de la cueva, y al regresar al pueblo se instalará en la biblioteca municipal para recuperar el tiempo perdido leyendo todo lo que pueda, incluidas las crónicas humorísticas sobre sus «hazañas». Por primera vez en su vida será consciente de ser una persona odiada, y tratará de enmendarse.  Su primera decisión es recuperar parte del tesoro y donarlo a la biblioteca para que mejore su fondo. Sin embargo, el rumor del dinero desata la avaricia de las gentes del pueblo, con fatales resultados para los libros que ahora tanto ama Groo.

El tesoro‘ es por tanto un auténtico canto al valor de la cultura, a cómo la adquisición de conocimientos nos hace mejores personas. Es un tebeo que debería estar en todas las bibliotecas y colegios como lectura obligatoria, y que emociona a todo aquel que ame los libros. Supone también un giro en la serie, ya que a partir de aquí, aunque no pierde su esencia, Groo huirá hacia tierras en las que no se le conozca, para comenzar una nueva vida y  tratar ayudar a la gente en dificultades. Pero una vez más quedará claro que el mundo está lleno de estúpidos… ¿Quién es el tonto ahora?